Blog de Shivangi Chavdaa, Jefa de Programas de GNDR. Este blog fue publicado por primera vez por ALNAP.
¿Qué hace falta para traducir el nexo entre ayuda humanitaria, desarrollo y paz en acciones significativas sobre el terreno?
Desde el punto de vista de GNDR, que trabaja con cientos de organizaciones de la sociedad civil (OSC) en las regiones afectadas por la crisis, la respuesta es clara: colaboración.
Una y otra vez hemos visto que los resultados más transformadores y duraderos surgen cuando las comunidades locales, las OSC y los gobiernos locales se unen, no como actores paralelos, sino como cocreadores de soluciones. Cuando son copropietarios de las decisiones, generan confianza y lideran desde el frente, los resultados no sólo son eficaces, sino sostenibles, integradores y profundamente arraigados en las realidades locales.
En entornos frágiles y propensos a las catástrofes, las respuestas más eficaces en materia de desarrollo humano son las que se basan en el liderazgo y la cooperación locales. No se trata de imponer marcos desde arriba. Se trata de reconocer la experiencia que ya existe en las bases y permitir que florezca a través de asociaciones sólidas y equitativas.
Por qué es importante ahora
Vivimos en una era de crisis superpuestas. Las crisis climáticas, los conflictos, los desplazamientos y la inestabilidad económica no son hechos aislados. Están entrelazados y nuestros sistemas de respuesta deben reflejar esa complejidad.
¿La buena noticia? El nexo HDP ofrece un camino a seguir, si lo localizamos. Eso significa poner una financiación flexible en manos de los agentes de primera línea. Significa dejar que las comunidades codirijan el diseño y la ejecución de los programas. Significa romper los compartimentos estancos entre los actores humanitarios, de desarrollo y de paz a nivel local, no sólo a nivel mundial o nacional.
¿Qué funciona sobre el terreno?
La implicación de la comunidad cambia las reglas del juego
En Bangladesh, apoyamos una plataforma de participación civil que reunió a poblaciones desplazadas, comunidades de acogida y funcionarios del gobierno local. Este diálogo integrador dio lugar a planes conjuntos de reducción de riesgos y a una mayor aceptación del liderazgo comunitario. ¿El resultado? Comunidades más resilientes que no sólo sobreviven, sino que forjan su propio futuro.
Soluciones a largo plazo basadas en el contexto
Los enfoques locales van más allá de la ayuda a corto plazo. Al estar arraigados en el conocimiento y la cultura locales, las soluciones que aportan son más duraderas y pertinentes.
En la región nigerina de Diffa, donde las perturbaciones climáticas y los conflictos han desplazado a miles de personas, DEMI-E, miembro de GNDR, adoptó un enfoque a largo plazo basado en el contexto a través de nuestro proyecto Making Displacement Safer. Utilizando laboratorios de vida urbana, las comunidades dieron prioridad al acceso a los servicios básicos, la identidad legal y la inclusión en la planificación de desastres. La DEMI-E colaboró con las autoridades para expedir documentos de estado civil a 3.000 desplazados, dando prioridad a mujeres y niños. Su labor de promoción influyó en la política nacional, integrando las voces de los desplazados en las estrategias de respuesta humanitaria y ante catástrofes.
Construir sistemas locales, no eludirlos
En Malí, la organización miembro de GNDR Association de Formation er d'Appui au Developpement trabajó con grupos de jóvenes y líderes comunitarios para crear conjuntamente estrategias de prevención de conflictos. Éstas no sólo redujeron el reclutamiento en redes antisociales, sino que también reforzaron la cohesión social. Al invertir en sistemas de gobernanza local y potenciar las respuestas impulsadas por la comunidad, la iniciativa fomentó la resiliencia, no sólo la ayuda a corto plazo.
Estos enfoques funcionan porque están dirigidos por quienes viven la crisis cada día. Aprovechan las redes existentes, reducen la duplicación, aumentan la confianza y trasladan gradualmente el poder a donde corresponde: la primera línea.
Entonces, ¿por qué enfoques de nexos HDP dirigidos localmente?
Porque funcionan.
Son sostenibles: se basan en sistemas y conocimientos locales.
Son eficientes: minimizan la duplicación y mejoran la coordinación.
● Son legítimas: impulsadas por la comunidad, basadas en la cultura y con muchas más probabilidades de éxito.
Y lo que es más importante, desplazan el poder, de los modelos de ayuda impulsados desde el exterior al liderazgo y la agencia locales. No se trata sólo de inclusión, sino de eficacia.
El papel de la voluntad política
Nada de esto puede tener éxito sin un ingrediente crucial: la voluntad política. El liderazgo local prospera cuando es respaldado -y no bloqueado- por los sistemas nacionales e internacionales. Los gobiernos deben ir más allá de la retórica para reconocer el valor de las respuestas dirigidas por las comunidades, integrarlas en las estrategias nacionales y asignar fondos que lleguen a los agentes locales.
Necesitamos políticas que eliminen las barreras burocráticas, fomenten entornos propicios y confíen en el liderazgo de las comunidades. Los líderes políticos deben mostrar valentía, y no solo coordinación técnica, para garantizar que las soluciones locales no se dejen de lado, sino que se amplíen.
El nexo del HDP exige algo más que una alineación sobre el papel. Exige un cambio fundamental de poder, y eso empieza por la voluntad política de dejar que los más cercanos a los riesgos marquen el camino.
Si queremos que el nexo HDP pase de la teoría al impacto, debemos dejar de pedir a las comunidades que encajen en nuestros marcos y, en su lugar, construir marcos a su alrededor. Ha llegado el momento de actuar.
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ALNAP es una red mundial que promueve el aprendizaje humanitario. Su objetivo es que todos los trabajadores humanitarios se beneficien de la experiencia colectiva de nuestro sector.