Noticias

SB62: ¿Dónde estaba el foco en Pérdidas y Daños?

Por Adessou Kossivi
3 de julio de 2025

Blogs

Blog de Adessou Kossivi, Responsable de Cambio Climático

La 62ª sesión de los órganos subsidiarios de la CMNUCC (SB62) se celebró en Bonn del 16 al 26 de junio, como momento clave para preparar la próxima 30ª Conferencia de las Partes (COP30). Fue una oportunidad para reflexionar sobre los progresos realizados hasta la fecha, identificar las lagunas que aún existen y planificar el camino a seguir.

Uno de los temas principales de la COP30 será la revisión de los Objetivos Nuevos, Colectivos y Cuantificados (NCQG), que se concluyeron y validaron en Bakú (COP29). Los NCQG son objetivos vitales de la financiación mundial para el clima, y compromisos clave en el marco del Acuerdo de París. Estos nuevos objetivos, fijados para sustituir al anterior objetivo de 100.000 millones de dólares, pretenden establecer un marco financiero más ambicioso y eficaz para apoyar la acción por el clima en los países en desarrollo después de 2025. 

En la 62ª reunión del Órgano Subsidiario, muchos esperaban ver una integración más clara de la financiación de las pérdidas y los daños en el Inventario Global (GST), para corregir las lagunas aún existentes tras la COP29. Esto era especialmente importante para organizaciones como GNDR y nuestros miembros, que llevamos mucho tiempo abogando por una respuesta justa, inclusiva y adecuadamente financiada a los impactos climáticos.

Sin embargo, desde la adopción del Fondo de Respuesta a Pérdidas y Daños (FRLD), los compromisos de los países desarrollados no han estado a la altura de las expectativas. Este incumplimiento de la financiación prometida hace que los países en desarrollo sean cada vez más vulnerables y pone en mayor riesgo innumerables vidas en primera línea del cambio climático.

A pesar de la urgencia, la cuestión de las pérdidas y los daños recibió una atención limitada en el SB62, lo que refuerza la preocupación de los países en desarrollo de que la presidencia de la COP30 no esté dando a esta cuestión una prioridad acorde con su gravedad. Los impactos irreversibles -o enormemente costosos- del cambio climático sobre la vida y los medios de subsistencia de las personas exigen un lugar mucho más destacado en la agenda.

Foto: Kompas / Hendra A Setyawan / Organización Meteorológica Mundial. Una mujer y un niño caminan por las aguas de la inundación en el este de Yakarta, Indonesia. La inundación fue causada por el desbordamiento del río Sunter.
"Dar prioridad a la financiación de la lucha contra el cambio climático no es sólo un imperativo moral, sino también estratégico".

Adessou Kossivi, Responsable de Cambio Climático de GNDR

La Presidencia brasileña de la COP30 ha defendido la idea de "Global Mutirão" - una movilización colectiva de todos los sectores y partes interesadas. Pero para que este enfoque tenga éxito, debe incluir plenamente las pérdidas y daños junto con la mitigación y la adaptación. Aunque la reducción de emisiones sigue siendo vital, la mitigación por sí sola no puede hacer frente a los impactos acumulativos que ya están afectando a las comunidades vulnerables. Se necesita urgentemente una respuesta climática más equilibrada e integradora, que aumente la adaptación, invierta en tecnologías y prácticas de mitigación y ofrezca apoyo concreto a quienes ya han perdido tanto. Sólo con un enfoque que abarque a toda la sociedad podremos conseguir una justicia climática significativa.

En GNDR, creemos que sin avances significativos en la financiación de las pérdidas y los daños, y sin compromisos firmes para apoyar los esfuerzos de adaptación en los países en desarrollo, la COP30 corre el riesgo de convertirse en una oportunidad perdida, marcada por la inacción política y el fracaso a la hora de dirigir los recursos allí donde más se necesitan.

La justicia climática debe basarse en el reconocimiento de que es esencial un apoyo significativo, tanto técnico como financiero. En lugar de considerarlo una carga para los países de renta baja, este apoyo debe aliviar el peso de los impactos climáticos y actuar como catalizador para aumentar la resiliencia. Esa resiliencia debe ser holística, mejorando la estabilidad económica, protegiendo el medio ambiente y garantizando un futuro seguro y digno. En esencia, la justicia climática consiste en salvaguardar los derechos humanos básicos, incluido el acceso a los servicios esenciales y a los medios de subsistencia. Dar prioridad a la financiación de la lucha contra el cambio climático no es sólo un imperativo moral, sino también estratégico. Al hacerlo, podemos reducir el riesgo de conflicto e inestabilidad y ayudar a garantizar que la acción por el clima siga siendo una prioridad mundial.

En la última década se han logrado avances significativos, como la creación y puesta en funcionamiento de la Red de Santiago sobre Pérdidas y Daños y el Fondo de Respuesta a Pérdidas y Daños. Estos importantes pasos carecerán de sentido si no se les dota de los recursos financieros necesarios para cumplir su mandato. 

Para lograr un impacto real, debemos garantizar que la financiación llegue a las comunidades más afectadas, especialmente en los países más amenazados del mundo.

Volver al principio
Logotipo de GNDR
Resumen de la privacidad

Utilizamos cookies para mejorar su experiencia mientras navega por el sitio web. De estas cookies, las clasificadas como necesarias se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las funciones básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza usted este sitio web. Estas cookies se almacenan en su navegador sólo con su consentimiento. También tiene la opción de excluirse de estas cookies, pero la exclusión de algunas de ellas puede afectar a su experiencia de navegación.

Lea nuestra política de privacidad aquí.