El 13 de junio, el Reino Unido, Alemania y Estados Unidos anunciaron un nuevo paquete de financiación para "apoyar a los países en primera línea del cambio climático y las catástrofes humanitarias".
Es un paso importante en el reconocimiento de la responsabilidad que tienen los países miembros del G7 de apoyar la acción climática a nivel mundial. Pero el anuncio también plantea algunos interrogantes.
La experiencia de los miembros de GNDR demuestra que prevenir los riesgos de catástrofe en primer lugar es tan importante como prepararse y responder a las catástrofes. Este compromiso del Reino Unido, Alemania y los Estados Unidos se centra en gran medida en la preparación y la reacción a los eventos relacionados con el clima (por ejemplo, a través de acciones anticipatorias, planes de seguros, etc.). Pero nuestras investigaciones, realizadas directamente con comunidades en riesgo, demuestran que el apoyo a la prevención de catástrofes y la lucha contra los factores de riesgo son esenciales si queremos construir un desarrollo sostenible a largo plazo.
En el anuncio, el Reino Unido y Alemania afirman que aportarán conjuntamente unos 245 millones de libras esterlinas en apoyo de las acciones para hacer frente a los efectos del cambio climático. Pero no está claro si se trata de fondos nuevos o ya comprometidos.
Desde 2009, los países desarrollados, incluidos los miembros del G7, se han comprometido a aportar 100.000 millones de dólares al año para apoyar las acciones de adaptación y mitigación. Durante la reunión del G7 de este año, se reafirmó este compromiso, pero no se elevó la cantidad. ¿La contribución de 245 millones de libras del Reino Unido y Alemania formará parte de este compromiso global anterior o se sumará a él? Aunque significativo, el compromiso de 100.000 millones de dólares sigue estando muy lejos de lo que se necesita para hacer frente a la urgencia y la magnitud de los impactos climáticos.
El compromiso de asignar recursos para abordar algunos aspectos de las pérdidas y los daños es, obviamente, un gran paso adelante, pero falta un debate político eficaz sobre el apoyo necesario para que los países afectados puedan evitar, minimizar y abordar las pérdidas y los daños. Personalmente, espero que este anuncio signifique un nuevo y mayor compromiso para debatir de forma significativa las pérdidas y los daños durante las negociaciones de la COP.
También me gustaría que los demás países del G7 se comprometieran más firmemente a promover la coherencia política y los enfoques de la acción climática basados en el riesgo. Hay que prestar atención a las comunidades más amenazadas y a los enfoques que sitúan a las comunidades locales en el centro, y no en los márgenes, de las decisiones sobre el clima.