Recursos

Convertir la adversidad en oportunidad en Etiopía

En este estudio de caso, el impacto de una catástrofe se convierte en una oportunidad para mejorar las prácticas agrícolas y aumentar la concienciación y la participación de la comunidad en las actividades de gestión del riesgo de catástrofes.

El proyecto aparece en nuestra publicación Institutionalising Sustainable Community-Based Disaster Risk Management. Presentado como un "libro de cocina", cada estudio de caso se explica como una "receta" para las mejores prácticas en la gestión del riesgo de desastres dirigida por la comunidad.

La sostenibilidad se define como la capacidad de una iniciativa de mantenerse a un determinado ritmo o nivel o durante un periodo de tiempo, con características clave para el éxito como: permanencia, eficacia, apropiación, adaptabilidad e inclusión.

Ingredientes clave para la sostenibilidad de este proyecto:

Permanencia: Reforzar las capacidades de la comunidad para movilizar y gestionar los recursos financieros

Eficacia: Determinar y utilizar las capacidades locales (incluidos los recursos, el material y los conocimientos)

La institucionalización se define como la acción de establecer algo como norma en una organización o cultura, con características clave como: entorno político, estructuras y mecanismos, capacidades, cultura, financiación y responsabilidad.

Ingredientes clave para la institucionalización de este proyecto:

Entorno político: Descentralizar los marcos de gestión del riesgo de catástrofes promoviendo estrategias locales de gestión del riesgo de catástrofes que sean propiedad del gobierno local y estén informadas por los actores locales.

Estructuras y mecanismos: Reconocer las estructuras informales (por ejemplo, los grupos de líderes comunitarios) como canales para un compromiso eficaz

Financiación: Asignar un presupuesto específico para las actividades de gestión del riesgo de catástrofes basadas en la comunidad en los planes locales y nacionales. Utilizar las estructuras comunitarias existentes para la movilización de recursos a fin de aumentar la confianza.

Rendición de cuentas: Crear organismos locales (watchdogs) para supervisar las políticas, la planificación y el presupuesto del gobierno en torno a la gestión del riesgo de catástrofes en la comunidad

Para elaborar con éxito este plato, es importante tener en cuenta algunos ingredientes clave, sin los cuales este ejercicio de cocina inversa no dará los resultados esperados.

Entre ellos se encuentran la participación de la comunidad y de las múltiples partes interesadas en la evaluación participativa del riesgo de catástrofes, el desarrollo de planes de acción y de contingencia, la autofinanciación de la comunidad (contribuciones), el seguimiento participativo, la evaluación y el aprendizaje. También son vitales los mecanismos de generación de ingresos, así como el reconocimiento del papel de las estructuras informales y sus contribuciones.

A pesar de que la comunidad de Diredawa, en el este de Etiopía, recibe unas precipitaciones inferiores a la media, ha sufrido fuertes inundaciones a causa del río cercano: esto se debe a las repentinas e intensas lluvias río arriba, que han provocado la pérdida de medios de subsistencia y de vidas también río abajo.

Durante las actividades de respuesta a la emergencia de las inundaciones, Cordaid, junto con JECCDO, una organización local basada en la comunidad, hizo participar a las comunidades en la realización de una evaluación de riesgos de peligro, vulnerabilidad y capacidad.

Esta evaluación apoyó el desarrollo de planes de acción para aprovechar esta inundación y convertirla en una oportunidad: se crearon canales y barreras para desviar el exceso de agua hacia los campos agrícolas y así utilizar el agua para el riego y aumentar la humedad de la zona.

La participación de las comunidades en las evaluaciones de riesgos permitió combinar los conocimientos locales sobre catástrofes pasadas con las necesidades actuales. También se identificaron las experiencias de diferentes grupos, como las personas con discapacidad, los jóvenes y las mujeres.

Este enfoque participativo inclusivo garantizó la realización de actividades de mitigación y prevención que atrajeron la atención del gobierno local para que diera más apoyo y reconocimiento. Además, la implicación y el apoyo del gobierno local se tradujeron en el reconocimiento de la estructura comunitaria por parte de las autoridades y en la inclusión de las actividades de reducción de riesgos en los planes y presupuestos anuales del gobierno local.

JECCDO y la comunidad continuaron gestionando las actividades de gestión de riesgos de catástrofes basadas en la comunidad a través de esta estructura comunitaria reconocida. Ahora se ha convertido en una ONG local registrada, con la posibilidad de acceder a apoyo financiero para continuar con las actividades una vez finalizado el apoyo de Cordaid.

El compromiso de la comunidad fue más allá e incluyó la creación de una asociación de ahorro y crédito gestionada principalmente por grupos de mujeres en apoyo de los grupos vulnerables. La plantación de árboles frutales fue una actividad generadora de ingresos adicional, que también apoyó los esfuerzos de rehabilitación medioambiental. Los árboles también contribuyen a mitigar el impacto de las inundaciones, ya que ralentizan el flujo de agua en los terrenos accidentados y descuidados que rodean la ciudad de Diredawa.

La creación de sistemas comunitarios de alerta temprana ayudó en mayor medida a alertar a las comunidades situadas río abajo para que recibieran información inmediata sobre una posible inundación que pudiera perjudicarles. El uso de teléfonos móviles es uno de los medios más rápidos que tiene la población para recibir las alertas de las zonas altas.

La comunidad y el gobierno local también han empezado a realizar un seguimiento periódico conjunto de las actividades sobre el terreno, para medir los avances y reflexionar sobre posibles mejoras. Esto ha contribuido a establecer una fuerte colaboración entre el gobierno y las organizaciones no gubernamentales. La presencia de políticas y estructuras de gestión del riesgo de catástrofes a varios niveles (desde el nacional hasta el local) ha desempeñado un papel fundamental para garantizar el éxito de esta iniciativa, aunque se necesita más intervención y apoyo.

Este estudio de caso está disponible para su descarga en tres idiomas:

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