Las Reuniones de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de junio, SB60, se están celebrando en Bonn, Alemania. Adessou Kossivi, de GNDR Lider Regional Africa, y responsable de la gestión de riesgos del cambio climático, representa a GNDR en Bonn y comparte aquí sus reflexiones durante la conferencia.
Nuevo Objetivo Cuantificado Colectivo y Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional
El primer día de la Conferencia sobre el Cambio Climático de Bonn se centró en el Nuevo Objetivo Cuantificado Colectivo (NCQG) y en la preparación de la próxima generación de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC). Existe una gran necesidad de aumentar la financiación pública para la reducción del riesgo de desastres (RRD) en el Sur Global y el apoyo a las políticas de RRD dirigidas a nivel local. El NCQG debe responder a estas necesidades.
También estudiamos cómo el IPCC sigue contribuyendo e influyendo en las acciones que reducirán el impacto del cambio climático y mejorarán la resiliencia de las comunidades más vulnerables.
Las Partes siguieron insistiendo en los graves efectos del cambio climático a los que se enfrentan y exigieron que se mantengan los compromisos del Acuerdo de París, especialmente el de limitar el aumento de las temperaturas globales a 1,5C.
Financiación eficaz de la lucha contra el cambio climático
La segunda jornada continuó con las evaluaciones técnicas de la primera fase del NCQG y la planificación de los próximos pasos. Cada país debe contribuir a garantizar el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París. Lo harán a través de las NDC, que deben servir como punto de entrada para los compromisos sobre pérdidas y daños, mitigación y adaptación.
Es importante que no sólo aumente la cantidad de las contribuciones, sino también su calidad. Por eso, los países han pedido hoy un compromiso para que los recursos financieros tengan un verdadero impacto sobre el terreno. Por ejemplo, en Colombia, los préstamos constituyen la mayor parte de los fondos para el clima, mientras que la explotación de los combustibles fósiles del país podría representar el 60% de su PIB. La financiación climática debe incentivar una acción climática significativa. Según el último Informe GAR, el gasto mundial en subvenciones a la energía procedente de combustibles fósiles ascendía a 5,9 billones de dólares (2023). Redirigir esta financiación hacia la financiación climática es un punto de partida.
Los países pidieron un sistema de financiación más transparente y detallado, junto con un compromiso firme de entender que, aunque el cambio climático es una amenaza, hay que dar a los países de la mayoría global la oportunidad de continuar su desarrollo para que puedan apoyar a sus comunidades más vulnerables.
Los países de renta alta deben comprender que la vulnerabilidad de los países de renta baja y media está aumentando porque no disponen de los recursos necesarios para ayudar a los más expuestos.