La Cumbre del Futuro fue a la vez revolucionaria y tremendamente insuficiente. Supuso el esfuerzo más exhaustivo para reformar la ONU y cuestionar nuestro anticuado e injusto orden internacional global en décadas, o quizá nunca; pero, al mismo tiempo, no consiguió ofrecer una visión clara del futuro que queremos, ni proporcionar una hoja de ruta vinculante sobre cómo llegar a él.
¿Ha sido un éxito?
La Cumbre del Futuro no se celebró en el vacío. Tuvo lugar en nuestra era de división, con los conflictos haciendo estragos, las negociaciones sobre el clima estancadas y la desigualdad persistente. Tuvimos la oportunidad de reconstruir mejor, pero en lugar de ello, como afirmó el Secretario General de la ONU, estamos atrapados en "un purgatorio de polarización".
A pesar de ello, el domingo por la mañana se adoptaron un Pacto para el Futuro, una Declaración sobre las Generaciones Futuras y un Pacto Mundial Digital. El multilateralismo "volvió del abismo" y se retiró la respiración asistida a la ONU. Esto no se daba por descontado y no fue una hazaña menor. Hasta el último minuto todo estaba por decidir.
En los últimos minutos, Rusia intentó incluir una enmienda que, según la opinión general, habría debilitado el Pacto. Afortunadamente, el Grupo Africano, liderado por la República del Congo, aportó el liderazgo y la habilidad diplomática necesarios para desbaratar la enmienda.
Puede que el Pacto adoptado no aporte la visión clara y la ambición que tantos de nosotros anhelamos, pero sí proporciona un terreno fértil y ha sembrado las semillas del cambio.
El Pacto reconoce lo inadaptados y anticuados que están nuestros sistemas mundiales y se compromete a crear un sistema más justo y equitativo para todos. Se compromete a:
- Permitir una mayor representación en el Consejo de Seguridad, especialmente para África.
- Hacer más equitativa la arquitectura financiera internacional otorgando a los "países en desarrollo" mayor poder de decisión, abordando la crisis de la deuda y aumentando el flujo de fondos para el desarrollo.
- Impulsar la acción contra el cambio climático y alcanzar los compromisos adquiridos en el marco del Acuerdo de París.
- Tener más en cuenta las necesidades de las generaciones futuras y estudiar la posibilidad de un Enviado para las Generaciones Futuras.
- Estudiar cómo reforzar la respuesta internacional a las crisis mundiales complejas
- Reforzar la acción en materia de alerta temprana con la mejora de los sistemas de datos y la aceleración de la Iniciativa de Alerta Temprana para Todos.
- Revisión de la arquitectura de paz de la ONU
Puede que el Pacto se haya quedado corto en múltiples frentes, perdiendo ante los intereses nacionales y las tensiones geopolíticas. Pero proporcionó una plataforma e inició una conversación en la corriente dominante sobre cómo deben cambiar las reglas del juego.
Ahora las palabras deben convertirse en hechos. Para ello necesitamos voluntad política, que hay que cultivar y por la que hay que trabajar. También necesitaremos a todos, un enfoque de toda la sociedad. La poderosa sociedad civil y los jóvenes que aportaron energía y visión a la Cumbre tienen un papel fundamental que desempeñar.
Este viaje no ha hecho más que empezar.
Blog de Sophie Rigg, Representante Regional de GNDR para Europa y Asesora Política