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Covid-19: ¿y si hubiéramos estado en camino de alcanzar el Marco de Sendai?

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15 de junio de 2020

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Por Valeria Drigo, responsable de política

15 de junio de 2020

El Marco de Sendai, adoptado en 2015, es una hoja de ruta para que los gobiernos aumenten la resiliencia. Orienta a los países en la gestión y reducción del impacto de las amenazas, incluidas las biológicas como Covid-19.1

Se han fijado siete objetivos, enumerados de la A a la G, que los países deben alcanzar para 2030. Sin embargo, varias revisiones2 de los progresos realizados hasta la fecha dicen que los logros están lejos de ser satisfactorios.

En África, la mortalidad por desastres (Meta A) aumentó un 13% entre 2015-2016 y 2017-2018. A nivel mundial, el 68% de las pérdidas económicas (Meta C) entre 2005 y 2017 fueron causadas por catástrofes localizadas y frecuentes, que se siguen subestimando.

La meta E, que pide que se adopten estrategias nacionales y locales de reducción del riesgo de desastres (RRD) para 2020, se está quedando atrás. Según la UNDRR, en septiembre de 2019 solo seis países habían informado de que su estrategia nacional de RRD cumplía plenamente con el Marco de Sendai.

La implementación es otra lucha en muchos países. Las investigaciones realizadas entre los países africanos muestran que sólo el 4% aplica plenamente sus estrategias de RRD.

El Marco de Sendai señala cuatro áreas prioritarias para que los gobiernos centren sus acciones: todos tienen un papel que desempeñar en la prevención de desastres como Covid-19. Comprometerse plenamente con la consecución del Marco de Sendai e integrar las consideraciones sobre el riesgo en todos los sectores debería ser uno de los principales objetivos de los gobiernos.

Prioridad 1: Mejor comprensión del riesgo
Esto ayudaría a mapear los grupos vulnerables y a evaluar los posibles efectos en cascada de las políticas de respuesta de Covid-19. La OMS recomienda el análisis de riesgos y la cartografía de las poblaciones vulnerables como paso previo a la preparación y la respuesta.3

Prioridad 2: Fortalecer la gobernanza nacional y local
Esto significa una mejor coordinación y comunicación intersectorial con los gobiernos subnacionales. Podría dar lugar a una mejor coordinación de las respuestas de Covid-19 para limitar los efectos en otros sectores.

Un paso hacia una gobernanza más sólida es el nombramiento de un equipo como punto focal para el seguimiento de la RRD en cada ministerio. El Gobierno de Colombia adoptó este enfoque para garantizar la coordinación intersectorial.4

Prioridad 3: Invertir en resiliencia
Por ejemplo, la reforestación -a menudo utilizada para reducir el riesgo de inundaciones o desprendimientos de tierra- reduciría el movimiento de los animales hacia las zonas habitadas, disminuyendo el riesgo de propagación de nuevas enfermedades transmitidas por los animales.5

Prioridad 4: Mejor preparación
Esto ayudaría a crear una respuesta rápida y coordinada ante un aumento brusco de los casos de Covid-19. Un paso práctico para ello es la creación de grupos de preparación comunitaria, bajo la dirección de las unidades de gobierno local.

Varios gobiernos locales de Filipinas han adoptado este enfoque y ahora coordinan la preparación y la respuesta con grupos comunitarios.6

Los avances en la consecución de los objetivos del Marco de Sendai son experimentados directamente por las comunidades. Los datos de GNDR ( Visión de Primera Línea ) muestran que muchas personas de todo el mundo consideran que las pérdidas por desastres no están disminuyendo. De entre casi 100.000 encuestados, más de la mitad piensa que las pérdidas por desastres se han mantenido igual o han aumentado en los últimos 5-10 años.

Por el contrario, las respuestas de los países en los que la reducción del riesgo de catástrofes es una prioridad son muy diferentes. Casi el 80% de los encuestados en Bangladesh, por ejemplo, considera que las pérdidas por catástrofes han disminuido de forma significativa o moderada en la última década.

Las comunidades tienen un papel en la aplicación del Marco de Sendai. De hecho, una mayor colaboración entre los gobiernos y la sociedad civil es uno de los principios rectores del marco.

Las organizaciones de la sociedad civil pueden colaborar con los gobiernos de muchas maneras para apoyar los objetivos. Por ejemplo, abriendo espacios para la participación de la comunidad, recopilando datos locales y recogiendo soluciones y buenas prácticas locales.

Como en muchas catástrofes, esta pandemia ofrece una oportunidad para volver a comprometerse con la RRD. La revisión de los mecanismos nacionales debería dar lugar a políticas intersectoriales sólidas y eficaces, informadas por las realidades locales, asumidas por los actores locales y financiadas adecuadamente.

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