Conclusión 5: Respuestas no localizadas

La respuesta localizada eficaz aún no es la norma para hacer frente a las catástrofes complejas.

Aunque de nuestro análisis se desprenden tendencias globales, está claro que las múltiples y complejas causas y consecuencias de los desplazamientos exigen una respuesta localizada. 

El VFL muestra que las conclusiones de cada país sobre las amenazas percibidas son muy diferentes. Esto indica que la respuesta a la reducción del riesgo de desastres de los desplazados debe tener en cuenta los contextos locales. Por ejemplo, cinco años después de la reubicación tras el tsunami, los desplazados de Sri Lanka están preocupados por la pobreza (24%), el alcoholismo (14%) y las deficientes instalaciones sanitarias. El cambio climático en la República del Congo ha dejado a los desplazados preocupados por las inundaciones repentinas (31%), las epidemias (25%) y la falta de acceso a los servicios básicos (9%). El conflicto en Irak ha dejado a los desplazados preocupados por la pobreza (32%), el desempleo (23%) y el alto coste de la vida (17%). 

El análisis de las historias encontró más de 530 desafíos diferentes en 185 comunidades de 60 países. Desde la discriminación y la violencia sistemáticas hacia los rohingya que huyen de Myanmar hasta las inundaciones invernales en el Líbano; desde la creación de zonas rurales protegidas en Brasil hasta la reurbanización que obliga a las personas a abandonar sus hogares en Los Ángeles (Estados Unidos), los factores desencadenantes y las consecuencias multidimensionales relacionadas con los riesgos de desplazamiento que compartieron los miembros de GNDR fueron enormes.

Del mismo modo, los retos continuos a los que se enfrentan las poblaciones desplazadas variaron con respecto a nuestro análisis de la historia global. El 26% de los retos estaban relacionados con la salud, el 15% con la vivienda y el refugio, el 10% con las preocupaciones económicas y los peligros futuros, y el 8% con los problemas de seguridad actuales.

Se necesitan mecanismos eficaces de gobernanza local

En toda esta diferencia contextual, existe una diferencia de opinión entre los gobiernos locales, los grupos de la sociedad civil y las comunidades desplazadas. Aunque esto es de esperar, ya que las partes interesadas desempeñan papeles diferentes, en la medida de lo posible, las OSC y el gobierno deben alinearse con las perspectivas de los desplazados.

Lagunas en las estructuras de gobernanza local

La mayoría de las respuestas destacan que no existen mecanismos eficaces de gobernanza local para hacer frente a los nuevos desafíos. Si sólo se analizan las perspectivas de los representantes de los gobiernos locales, la mayoría de las respuestas son: 

• Rara vez se consulta a los desplazados en el diseño de políticas, planes y actividades para reducir los riesgos de catástrofe
• Los desplazados no tienen en absoluto acceso a los recursos financieros que necesitan para reducir los riesgos
• Las personas desplazadas rara vez tienen acceso a información oportuna y útil que les ayude a reducir los riesgos a los que se enfrentan

La corrupción y la falta de transparencia son un problema importante, ya que el 14% de los encuestados en el VFL destacaron que es el mayor obstáculo para tomar medidas para hacer frente a los riesgos. Le sigue la falta de instalaciones, recursos y comunicación que, idealmente, debería coordinar el gobierno local, si no el nacional.

Falta de recursos financieros para hacer frente a los desafíos

El presupuesto y la asignación de recursos han sido citados por las OSC como un problema común. "Incluso cuando los recursos están disponibles, no llegan a las personas necesitadas y se "pierden" en el proceso". Hay que señalar que esta conclusión no señala específicamente a los gobiernos locales como corruptos, ya que otras partes interesadas en diferentes contextos podrían estar explotando los recursos destinados a los desplazados. Sin embargo, lo interesante es que los propios gobiernos locales reconocen los desafíos. Ellos también destacan los mismos factores que son las mayores barreras para abordar los riesgos a los que se enfrentan las comunidades desplazadas. Además, en Níger, las organizaciones de la sociedad civil han afirmado que "hay voluntad política por parte del gobierno para apoyar a las poblaciones desplazadas y ayudar a aumentar su resiliencia, pero faltan recursos financieros. Existe una buena estructura a nivel nacional para tratar las cuestiones relacionadas con los desplazamientos, pero no se aplica porque el gobierno central no tiene el presupuesto necesario para aplicar la política".