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Declaración política de GNDR sobre el 20º aniversario del tsunami asiático

Por Becky Murphy
26 de diciembre de 2024

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Declaración política de GNDR en el 20º aniversario del tsunami asiático de 2004 por Becky Murphy, Jefa de Política de GNDR y Copresidenta del Mecanismo de participación de las partes interesadas de UNDRR (SEM)

Cuando se cumplen 20 años del tsunami asiático de 2004, no podemos olvidar el devastador impacto que tuvo en quienes viven en primera línea de riesgo.

Fue una de las catástrofes más potentes y mortíferas de la historia. Se calcula que murieron 275.000 personas en 14 países, y casi 45.000 mujeres más que hombres.

El enorme impacto del tsunami cambió el panorama de la preparación ante las catástrofes, la ayuda humanitaria y el desarrollo. Los líderes mundiales se vieron conmocionados y comprendieron la urgente necesidad de un marco mundial de preparación ante las catástrofes y se suscitaron debates sobre la necesidad de una ley internacional de protección de las personas en caso de catástrofe.

En concreto, creó el espacio político y la urgencia necesaria para el Marco de Acción de Hyogo de 2005 (MAH) de 2005, el primer marco internacional para la reducción del riesgo de desastres. Tres semanas después del tsunami, los países se reunieron en Japón para crear el MAH, el primer acuerdo global del mundo sobre reducción del riesgo de desastres. El MAH fue un plan decenal adoptado por 168 Estados miembros de las Naciones Unidas. Su segunda versión fue el Marco de Sendai que hoy guía nuestra política mundial de reducción de riesgos.

Como resultado de estos ejemplos históricos de cooperación internacional, 129 países de todo el mundo cuentan ahora con estrategias de reducción del riesgo de catástrofes. 108 países cuentan con sistemas de alerta temprana de peligros múltiples y las tasas de mortalidad por catástrofes se han reducido considerablemente.

Además, el tsunami de 2004 es el ejemplo más contundente de por qué las tres principales demandas políticas de GNDR siguen siendo esenciales para evitar la pérdida de vidas y medios de subsistencia y garantizar que quienes se encuentran en la "última milla" de la cadena de valor de la alerta temprana se conviertan en la "primera milla". 

Lo exigimos: 

1) todo desarrollo debe tener en cuenta el riesgo - Las decisiones políticas deben tener en cuenta el riesgo de catástrofes. Desde las estrategias nacionales de desarrollo hasta los planes locales de gestión de los recursos hídricos, las consideraciones relativas al riesgo deben integrarse en todos los procesos de elaboración de políticas.

2) que se escuche a las comunidades en primera línea de riesgo - para poder tener en cuenta el riesgo de catástrofes, las personas implicadas en la toma de decisiones (como los representantes de los gobiernos nacionales y locales, las instituciones donantes y las ONG nacionales e internacionales) deben escuchar a las comunidades

3) se reconozca el liderazgo local como elemento esencial de la reducción de riesgos a todos los niveles - hay que ir más allá de limitarse a escuchar a las comunidades más expuestas al riesgo. Hay que capacitar a las comunidades locales para que participen, influyan y tomen decisiones sobre políticas y prácticas de desarrollo basadas en el riesgo, porque tienen experiencia de vivir con el riesgo.

Por ello, hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que reconsidere la necesidad de una ley internacional que proteja a quienes se encuentran en primera línea de riesgo ante las catástrofes.

Mientras recordamos y enviamos nuestra solidaridad a todos los afectados por el tsunami de 2004, también celebramos el increíble trabajo de nuestros miembros de las OSC en la reducción del riesgo de catástrofes y esperamos que los líderes comunitarios nos guíen con sus conocimientos y experiencia sobre cómo podemos unirnos como comunidad mundial para prevenir futuras crisis. Estamos con todos ustedes.

Tsunami asiático
Foto: Becky Murphy

¿Podría ayudarnos a evitar que los peligros se conviertan en catástrofes en 2025? A lo largo de 2024, nuestros miembros y nuestra red han sido defensores, primeros intervinientes y salvavidas de las comunidades más amenazadas del mundo. 

Apoyando a GNDR, ayudará a trasladar el poder al ámbito local, defendiendo la respuesta, la toma de decisiones y el desarrollo de la resiliencia a nivel local en todo el mundo.

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