Pasos clave de la tercera etapa
1. Recopilar conocimientos y datos con las comunidades de riesgo
Un punto de partida podría ser crear un mapa de la zona, dividiéndola en partes más pequeñas basadas en puntos de referencia identificables y asignando cada zona a una persona o grupo para facilitar la recopilación de conocimientos.
Se puede utilizar una variedad de técnicas participativas para involucrar a los residentes de esa localidad específica: recorridos de transectos, fotografías, bocetos/ilustraciones, diagramas y notas. Para este ejercicio se recomienda la herramienta de consejos y trucos para la elaboración de mapas, junto con recursos en línea ampliamente utilizados, como las imágenes de perfiles de transectos de Google, las plataformas de datos disponibles gratuitamente en la web y las aplicaciones.
La realización de entrevistas a grupos focales, entrevistas a hogares y encuestas permite recopilar datos con las comunidades de mayor riesgo. Las preguntas sugeridas se encuentran en nuestrametodología Visión de Primera Línea . La narración de historias o anécdotas de los conocimientos locales es igualmente importante. Recoger historias de buenas prácticas enriquecerá el recurso de conocimiento de la comunidad. Recoger y reunir los conocimientos locales, especialmente a través de debates en grupos de discusión con los miembros de la comunidad que corren mayor riesgo y con las diferentes partes interesadas de la comunidad.
Es fundamental recopilar información secundaria de fuentes abiertas. Además de las estadísticas o previsiones de la zona, también puede ser útil aprender de los esfuerzos realizados con éxito en la planificación participativa del desarrollo, la gestión de riesgos y la adaptación. Estos datos deben organizarse en la biblioteca o centro de datos, tal y como se ha previsto en la segunda fase.
2. Documentación de la investigación
Cada grupo o persona responsable de la recopilación de conocimientos o datos debe actualizar el centro de datos, idealmente en el plazo de una semana tras la finalización de su tarea y remitirse regularmente a los planes acordados y al proceso de almacenamiento de documentos. La información recopilada es un recurso de conocimiento para la planificación del desarrollo durante años, ya que el centro de datos almacena esta valiosa información y conocimiento para su posterior uso y análisis. Una vez establecidos los datos de referencia, hay que iniciar el seguimiento de los riesgos utilizando los indicadores de peligros y de factores de riesgo.
3. Comprender las relaciones entre los riesgos y los impactos
Una vez reunidos los conocimientos, las comunidades pueden empezar a analizarlos. Esto permitirá comprender mejor los aspectos contextuales comunes, así como los únicos, y los riesgos a los que las comunidades se enfrentan actualmente y/o podrían enfrentarse en el futuro.
El ejercicio de mapeo de relaciones es un ejercicio de colaboración en el que participan los miembros de la comunidad para iniciar la reflexión/comprensión en términos de relación entre las personas, el lugar y los sistemas, y sus vínculos con los factores de riesgo. Deben participar expertos o profesionales en planificación del desarrollo, riesgos, desastres, socioeconomía y medio ambiente.
4. Contextualizar los factores relacionados con los riesgos y la resiliencia
Este paso consiste en examinar los datos y los conocimientos recopilados en relación con los aspectos contextuales de la susceptibilidad y la resiliencia geofísica.
Cada comunidad y el paisaje en el que viven son únicos. Aquí nos centramos en las comunidades más amenazadas y que viven bajo diversos factores de estrés: sociales, culturales, económicos, políticos y medioambientales.
Ya sea que las personas que viven en entornos urbanos o rurales, que habitan en zonas costeras o en bosques, que son pastores o nómadas, hay derechos, riesgos, recursos, conocimientos y soluciones que conforman su contexto.
La movilidad humana hace que las poblaciones se desplacen por razones sociales, económicas y medioambientales. Muchos grupos de bajos ingresos se desplazan entre pueblos y zonas urbanas vecinas. Se encuentran con limitaciones para vivir y navegar por zonas vulnerables de la ciudad mientras buscan nuevas oportunidades.
Las comunidades desplazadas a causa de catástrofes y los refugiados por conflictos también suelen vivir en zonas con recursos limitados y poco fiables. Las comunidades desplazadas debido a conflictos, o que no son ciudadanos, pueden tener sólo derechos restringidos, a diferencia de los ciudadanos del país, hasta que se normalicen o se integren en el nuevo sistema.
Todas estas condiciones y el contexto determinan los riesgos a los que se exponen las comunidades y también limitarán su capacidad de resiliencia o de adaptación para evitarlos. Estos matices son únicos para cada comunidad, por lo que es fundamental contextualizar los riesgos y la resiliencia.
Las condiciones locales de las personas, los lugares y los sistemas desempeñan un papel importante en la determinación de la vulnerabilidad. Del mismo modo, los paisajes naturales proporcionan servicios ecosistémicos que mejoran la resiliencia de cualquier zona. Es importante asegurarse de que los datos y las observaciones recogidos sean pertinentes para el contexto.
Para examinar y garantizar que se tienen en cuenta los aspectos contextuales críticos de la vulnerabilidad y los factores locales de riesgo, se pueden consultar dos listas de comprobación: